Edad media: 150-160 años

Altitud: 940 metros

Suelo: arcillosos entre 1,2 y 1,4 metros de profundidad antes de la roca madre de caliza descompuesta.

Clima: Continental con rasgos mediterráneos caracterizado por inviernos largos y fríos y veranos cortos y calurosos.

Comportamiento de añada media con pluviometría y temperaturas ligeramente superiores a la media de los últimos 20 años. Marcada, sin duda, por la tormenta Filomena con una intensa nevada y un desplome de temperaturas durante 10 días helando algunos pulgares de las viñas más bajas y débiles del valle. Brotación normal sin apenas heladas primaverales. Meses de mayo y junio con lluvias abundantes. El resto del verano, con tormentas frecuentes, algunas de ellas en forma de pequeños granizos sin consecuencias para el rendimiento. Estas lluvias llenaron las reservas hídricas de la viña, lo que permitió unperfecto desarrollo durante la maduración.

Calidad notable alto. Vinos de gran equilibro, con mucha fruta y una boca opulenta y fresca a partes iguales.

Crianza:

Tras 13 meses de crianza en barricas de roble francés 15% nuevo (resto de segundo y tercer uso), se seleccionan los 2 lotes que representan esos 2 mejores parajes y se establece un coupage de 10 barricas que se mantiene en barrica de 2º uso hasta principios de diciembre 2023 (22 meses de crianza en barrica total), donde se saca, se homogeneiza y se embotella. Estabilización natural en barrica, se embotella sin clarificar.

Proceso: Vendimia manual en cajas de 11 Kg. Doble mesa de selección de racimos y grano, despalillado (no estrujado) y encubado en depósitos de 1.000 litros por gravedad. Maceración den frío (a 10 grados) 7 días con bazuqueos mañana y noche. Vinificación por parcelas. Fermentación maloláctica (sin inseminar) en barricas. Toda la elaboración, vendimia, trasiegos, embotellado se realiza siguiendo el calendario biodinámico.

Dominio de Atauta Dos Fincas nace de un coupage único entre dos parajes que brillaron con luz propia en la añada 2021. En esta edición los parajes  escogidos fueron La Roza Grande y San Juan Valle, dos suelos de marcado carácter arenoso. El resultado es un vino delicado, muy elegante, con una personalidad muy diferente a su predecesor, procedente de dos parajes arcillosos, lo que define la autenticidad de este vino y su carácter irrepetible.